Cantera Iglesias





En otoño de 1975, aparecieron simultáneamente en el mercado del libro español dos nuevas traducciones de la Biblia: la de Francisco Cantera y Manuel Iglesias en la “Biblioteca de Autores Cristianos - BAC Maior” (que es la que el lector tiene en sus manos) y la “Nueva Biblia Española” de L. Alonso Schökel y J. Mateos en “Ediciones Cristiandad”. Encarnaban, grosso modo, dos tradiciones de interpretación de los textos bíblicos que venían debatiéndose desde la antigüedad: la traducción literal, "verbum e verbo", y la traducción según el sentido, "sensus de sensu". La primera ponía el énfasis en la lengua fuente, y pretendía acompañar al lector moderno en el largo itinerario hasta el original antiguo. La segunda, por el contrario, ponía el énfasis en la lengua término, y pretendía traer el texto antiguo hasta el lector moderno. Dos opciones legítimas de traducción, en buena parte condicionadas por los destinatarios de la misma.En las traducciones bíblicas había predominado a lo largo de la historia la primera opción, la traducción literal, porque Jerónimo, el pionero de las traducciones bíblicas -si exceptuamos los traductores anónimos de los Setenta- ya había advertido que, en la Sagrada Escritura, hasta el orden de las palabras era un misterio. Pero en la segunda mitad del siglo XX, las modernas teorías lingüísticas, aplicadas a las versiones bíblicas sobre todo por E. Nida, habían puesto de moda la traducción dinámica o funcional, que primaba la traducción según el sentido, sobre la traducción literal. En esta línea se insertaba la traducción de la “Nueva Biblia Española”. 



La Biblia de Cantera-Iglesias, a pesar del tiempo transcurrido desde 1975, es considerada una de las mejores (si no la mejor) edición de la Biblia en lengua española, como lo prueba el hecho de que, hasta hoy, haya tenido tres reimpresiones (hecho del todo infrecuente en este tipo de libros), lo que demuestra que ha resistido muy bien el paso del tiempo, y explica que, a comienzos del nuevo siglo, siga utilizándose en los medios académicos como una de las traducciones más literales y científicas al español; especialmente apta para la lectura y el estudio, va dirigida a aquellos lectores que quieran hacer un viaje de siglos hasta los originales, con sus dificultades iniciales pero también con la satisfacción de saborear algo de la riqueza, colorido y encanto de las lenguas originales. Los autores trabajaron, directamente, sobre los textos históricos escritos en hebreo, arameo y griego, y, aunque con posterioridad a 1975 ha habido nuevas traducciones que se han visto enriquecidas con las últimas conclusiones de los estudios bíblicos, la edición de Cantera-Iglesias sigue sobresaliendo sobre todas las demás, no sólo por su fidelidad a los textos originales, sino, también, por su elegante traducción al español.
La versión que cuelgo aquí hay quien me asegura que no se trata de la Cantera Iglesias sino que  realmente es la Biblia de Jersualén comentada. De cualquier forma la edición que suele circular por Internet divide el libro en tres (Antiguo Testamento I y II y Nuevo Testamento). Yo he unido las tres partes en una sola, incorporado los capítulos a la tabla de contenido y buscado una portada, que no es la suya, pero más acorde con el resultado final. No me atrevo por ahora a corregir los estilos que siguen siendo algo toscos.